«Adoptar es transitar un camino de aceptación y elección. Parte desde el deseo, de formar familia, construir vínculos, escuchar y ser escuchado, amar y ser amado, enseñar y aprender, respetar la historia y la identidad. La adopción no se trata de encontrar similitudes sino de aceptar las diferencias»
Se habla mucho de que la adopción es un proceso largo, cansador y difícil. Sin embargo, si lo vemos de otra forma podemos captar que la creación y consolidación de un vínculo lleva tiempo. No podemos pretender estar cómodos con alguien a quien vimos pocas veces, imaginate si se trata de un niño.
Los niños que llegan a esta situación de adoptabilidad, por lo general, fueron víctimas de maltrato, abuso, violencia familiar, descuido. Es decir, se los separó de su familia de origen y se los insertó en un internado mientras tanto las autoridades trabajan con esa familia para lograr reestablecer ese vínculo que fue interrumpido. Hoy en día, el juzgado cuenta con un equipo técnico interdisciplinario que se ocupa de analizar social y psicológicamente a la familia y al menor para intentar que vuelva a estar con su familia. Se le consultará al niño si quiere o no tomar el camino de la adopción y se lo escuchará.
Agotadas estas posibilidades, el menor será declarado en situación de adoptabilidad por el juez.
A su vez, las personas que deseen postularse para ser adoptantes formarán parte de una lista de inscriptos luego de realizar el formulario correspondiente. Cuanto más amplia sea la disposición a adoptar será más probable que ese postulante reciba un llamado.
¿Por qué? La gran cantidad de postulantes elige un menor entre 0 y 3 años sano o sin problemas de salud y sin hermanos. La realidad es que muchas veces ese pedido no coincide con las necesidades que presentan los niños que buscan una familia. Se reduce muchísimo el número de postulantes cuando se trata de niños con discapacidad, o incluso cuando ya son adolescentes o tienen hermanos.
Se buscan postulantes que sean más flexibles en la solicitud. Las demoras son por la ausencia de postulaciones que se adecúen a situaciones personales que presentan esos niños.
Las inscripciones se toman en la Defensoría Pública de ciudad (juzgado) y en las fechas siguientes: meses de Febrero, Mayo, Agosto y Noviembre de cada año, durante los primeros 10 días hábiles.
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Luego de la inscripción en el Registro Único para Aspirantes a Guarda con fines de Adopción, el equipo técnico evaluará las aptitudes personales, motivaciones y expectativas reales y que se amolden a la vida que los niños necesitan.
Por lo general, se requiere repensar la situación laboral, sobre todo los horarios de ocupación. A estos niños les hace falta atención, amor, dedicación, compartir momentos y mucha disponibilidad para ellos… pues dejaron de tenerlo y se procura proteger ese derecho. Se busca que el niño desarrolle lazos familiares y se relacione con los adultos. Esto lleva tiempo y sería imposible generarlos sin la presencia o con la poca presencia del adulto. Requiere de un esfuerzo extra por parte de estos.
Por último, entendemos que los postulantes se inscriben queriendo un niño sano porque no lo conocen, e idealizan como sería tenerlo. Sin embargo, sabemos bien que la salud no se garantiza. El niño puede no tener problemas de salud pero en algún momento puede que necesite ir al médico o ser operado, eso no lo podemos saber. Lo importante es demostrar que estarán para el menor en todo momento, eso es lo que ellos buscan.
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