Compraventa

La compraventa es el contrato que se usa a diario, tanto de manera verbal como por escrito, pues se trata de aquel que mueve el mercado y la economía mundial.
Por ejemplo, cuando vamos al supermercado a comprar productos o cuando vendemos algo que usamos un tiempo y ya no lo queremos más, como un auto.
Para la ley, dependiendo del bien de que se trate, se deberá cumplir o no con una formalidad establecida para que sea válido como tal. Este es el caso de los bienes registrables.
Es importante saber que cuando vendemos algo conforme a la ley, estamos transfiriendo la propiedad de la cosa a otro dueño. En otras palabras, ese bien deja de ser de alguien para comenzar a ser propio de otra persona. Por esa razón, debemos estar seguros de que ese bien se encuentra libre de gravámenes. Esto quiere decir que no tenga deudas o embargos trabados. Para el caso de una vivienda o terreno, que se encuentre libre de ocupantes.
De lo contrario, deberemos cancelar alguna deuda anterior o NO estaremos transfiriendo la propiedad del bien al nuevo dueño.
Recordemos que muchas veces se trata de un bien de mucho valor, que requiere esfuerzo para alcanzar X monto de dinero.
Entre otras cuestiones importantes a tener en cuenta se encuentra la de asegurarse de que realmente se está contratando con el titular del bien a la venta y no de otra persona, ya que si se está ofreciendo un bien para vender que no es propio y se logra la venta, se estará cometiendo el delito penal de estelionato.
Es muy común que las partes firmen un boleto de compraventa, aunque esto solo constituye una obligación y compromiso de cumplir con lo establecido por ley para el caso. Es decir, no implica título de nada. Si tenes en tu poder un boleto sobre algo que compraste, recordá que esto no te hace dueño de ese bien.
Se recomienda conocer el estado del bien a comprar de antemano, porque sucede muchas veces que se encuentra gravado con alguna garantía, y hasta que no se cancele no se podrá hacer la transferencia… o incluso, quedará en un estado riesgoso y dudoso que no asegura su permanencia a nombre del nuevo dueño, y muchas veces esto se conoce luego de haber pagado gran parte o todo el precio del bien.
No cometas estos errores, asesorate.
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