Habitación para el cónyuge supérstite

Puede ocurrir en la práctica que el cónyuge viudo se vea presionado por sus hijos mayores a vender el bien donde se encuentra viviendo, siendo este el hogar conyugal. Sin embargo, la ley le reconoce al cónyuge supérstite un derecho gratuito y vitalicio (de por vida) para continuar habitando el inmueble que compartía con su pareja.
La ley habla de cónyuges, y no de marido y mujer, por lo cual podría darse el caso de una u otra forma o incluso aceptando que puede haber parejas casadas del mismo sexo. De este modo, se incluyen diversas situaciones y se protegen de la misma manera.
Como consecuencia, el cónyuge supérstite podrá invocar este derecho que la ley le asegura con el fin de dilatar la partición para dicho inmueble, si sus hijos o algún acreedor lo pide.
En un principio lejano, este derecho no era reconocido y el cónyuge debía soportar la partición de todos los bienes. Posteriormente se lo tuvo en cuenta pero con ciertos límites. Un límite temporal de 10 años, donde pasado ese tiempo debía ser partido entre los herederos. Y otro límite que hacía al carácter del bien, donde también podía ser partido si no había sido construido o adquirido con fondos gananciales.
Además, podía ser obligado a pagar una contribución a los demás herederos por el uso de la vivienda. También se había establecido que al contraer nuevas nupcias se perdía dicho derecho.
En la actualidad, se ha evolucionado con respecto al mismo. La ley indica que para que sea efectivo es preciso que «el inmueble haya sido propiedad del causante», aunque también puede suceder que sea del cónyuge supérstite. Se da una situación compleja cuando existen otros bienes además de la vivienda sede del hogar conyugal con los que el cónyuge supérstite podría superar su necesidad de vivienda.
En conclusión, el cónyuge viudo podrá morar en un inmueble ajeno mientras viva y sin tener que pagar alguna compensación por su uso exclusivo.
derecho real de habitación para el cónyuge supérstite derecho real de habitación habitación para el cónyuge supérstite
Deja una respuesta