Matrimonio

Sabemos que el matrimonio es un momento muy querido por muchas personas. Se trata de una etapa nueva, de festejo y mucho amor. Formar una familia y comenzar una vida juntos siendo marido y mujer o cónyuges. Decimos cónyuges porque en la actualidad el matrimonio puede conformarse de 2 personas de un mismo sexo o incluso por personas que se perciben de otro genero. Esta regulación comprende la diversidad y la libertad de elección para constituir una familia.
El matrimonio es ese paso que, para muchos, es algo pendiente en la vida. Sin embargo, debemos conocer ciertas cuestiones a tener en cuenta al momento de casarse.
Algunos creen que el casamiento no genera ninguna modificación en la relación de pareja. Esto es relativo. Si lo vemos desde el punto de vista de: pasar tiempo con el otro, compartir momentos, pasear, viajar, etc. puede que continúe todo igual. Si lo vemos desde el punto de vista de: bienes, economía, inversiones, deudas, créditos, etc. modifica bastante la situación.
¿Esto qué quiere decir? Por lo general, el casamiento conforma lo que se denomina comunidad de bienes o, también llamada sociedad conyugal. Se refiere a que a partir del matrimonio, todos los bienes adquiridos o créditos o deudas contraídas, aunque haya sido a título de uno, igualmente el otro también será parte. Otro ejemplo: para la venta de un auto, será necesaria la firma del cónyuge para que preste el asentimiento con respecto a la transacción deseada por el otro. Lo mismo ocurre con las deudas contraídas por uno: el otro quedará sujeto a ella, siempre que sean referidas al hogar, la familia, los hijos.
Existe la posibilidad de modificar este régimen patrimonial optando por el de separación de bienes. Puede ocurrir que luego de mucho tiempo en pareja, uno comience a utilizar dinero que tienen en común para solventar gastos que son exclusivamente de uno y no del otro, o empieza a ocultar bienes, etc. En estos casos, cuando existe desconfianza y falta de transparencia en la administración de los bienes comunes, una alternativa puede ser la de modificar el régimen patrimonial. Esta opción NO extingue el vínculo matrimonial, sino que simplemente altera la forma en la que se administrarán los bienes, dividiéndolos y cada cual haciéndose responsable de mantenerlos y conservarlos como propios.
La otra opción que SI extingue el vínculo será la de solicitar el divorcio. Juntamente con el divorcio se podrá arreglar la división de los bienes, pero tené en cuenta que de ahora en más ya no sigue aplicándose el régimen de comunidad para los nuevos bienes, pero sí para los que ya se adquirieron durante el matrimonio. Por esta situación, lo mejor es no demorarse en establecer la separación.
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